​I Just Don’t Feel Like it! / ¡No tengo ganas!

Over the years, I’ve learned that I can’t ask myself how I feel about everything going on in my life. In other words, if I don’t love everything going on right now, I don’t really consider how that makes me feel.  It’s not a good idea for me to spend extra time pondering the things I don’t enjoy about my life or my work.  Think about it.
 
No matter what you’ve decided to do with your life—even if you are working your dream job and feel like everything is fitting into place—there will always be some aspect of it that you don’t really enjoy, or even find annoying. Certain things will always be a drudgery, and you won’t want to do them.
 
It can be like this with your diet or other healthy decisions you’re trying to make. Let me give you an example. I usually want to snack after dinner, even though I’m not supposed to. (You know, it’s that whole intermittent fasting thing where you try to go without food for a certain number of hours to be healthy…you should check out the research!)
 
Well, it isn’t very much fun some days, but you can definitely get into the habit of not eating during certain times if you work at it. That said, there are times I still want to eat something yummy in the evening when I shouldn’t. But I have told myself this before: “Brigit, you don’t even have to get upset about it. You’re just not going to eat anything else tonight, and you don’t have to have an opinion about it. Just move on.”
 
Maybe this doesn’t make sense to you at all but let me make this point. In the Book of Romans, we read this:
 
So then, brethren, we are debtors, but not to the flesh [we are not obligated to our carnal nature], to live [a life ruled by the standards set up by the dictates] of the flesh. (Romans 8:12)
 
When we hear about the “flesh” in the Bible, God is speaking to us about our unredeemed nature as human beings. He’s talking about our soul (the mind, will, and emotions) and our body. (1 Thess. 5:23)
 
This has really helped me…because there was a time when I thought all Christians just automatically felt like doing the right thing, and I felt weird or wrong because I didn’t. I wondered how they always managed to do good. The truth is, they were more likely choosing to do things they didn’t feel like doing. I’m not saying it’s like that EVERY TIME, but let’s face it—there are times we need to say the right thing or do the right thing and we’ve got no emotions to support it. We have to realize that we are not obligated to our carnal nature—we can do the right thing, even if we don’t feel like it.
 
This is a pretty big life lesson, if you’ll listen to me today. I like it, because it really saves on the whole emotional drain we experience when we get really good and worked up about something. We just don’t have to have an emotional reaction if bad things happen, or something pops up we really don’t want to do. As an act of the human will, you can decide to do the thing you should do, even if there are no excited emotions to back it up.
 
I guess that’s how those amazing Christians get it done—they’ve discovered the key. It’s okay if you don’t feel like doing the right thing. You can do it anyway.
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Con los años, he aprendido que no puedo preguntarme cómo me siento sobre todo lo que sucede en mi vida. En otras palabras, si no amo todo lo que sucede en este momento, realmente no considero cómo me hace sentir. No es una buena idea para mí dedicar demasiado tiempo a reflexionar sobre las cosas que no disfruto de mi vida o mi trabajo. Piénsa en esto.
 
No importa lo que hayas decidido hacer con tu vida—si estás trabajando en el empleo de tus sueños—siempre habrá algún aspecto que realmente no disfrutes o que tal vez te molesta mucho. Ciertas cosas siempre serán una tarea monótona y no querrás hacerlas.
 
Puede ser así con su dieta u otras decisiones saludables que esté tratando de tomar. Déjame dar un ejemplo. Normalmente quiero tomar un snack después de cenar, aunque se supone que no debo hacerlo. (Tal vez ya sabe, hablo del ayuno intermitente en el que intentas estar sin comer durante ciertas horas para estar saludable... ¡deberías revisar las investigaciones!)
 
Bueno, algunos días no es muy divertido, pero en absoluto puedes adquirir el hábito de no comer durante ciertos momentos si te esfuerzas. Dicho esto, hay ocasiones en las que todavía quiero comer algo delicioso por la noche cuando no debería hacerlo. Pero ya me he dicho esto antes: “Brigit, realmente no necesita tener ninguna emoción involucrada aquí. Simplemente no vas a comer nada más esta noche y no tienes que tener una opinión al respecto. Simplemente seguir adelante."
 
Quizás esto no tenga ningún sentido para usted, pero déjeme aclarar este punto. En el libro de Romanos leemos esto:
 
Así que, hermanos, somos deudores, pero no a la carne [no estamos obligados a nuestra naturaleza carnal], a vivir [una vida regida por las normas establecidas por los dictados] de la carne. (Romanos 8:12)
 
Cuando escuchamos sobre la “carne” en la Biblia, Dios nos está hablando de nuestra naturaleza no redimida como seres humanos. Está hablando de nuestra alma (mente, voluntad y emociones) y nuestro cuerpo. (1 Tes. 5:23)
 
Esto realmente me ha ayudado... porque hubo un tiempo en el que pensé que todos los cristianos automáticamente tenían ganas de hacer lo correcto, y yo me sentía rara o equivocada porque no lo tenía ganas igual. Me preguntaba cómo siempre se las arreglaban para hacer el bien. La verdad es que era más probable que estaban eligiendo hacer cosas que no tenían ganas de hacer. No digo que sea así TODAS LAS VECES, pero seamos realistas: hay ocasiones en las que necesitamos decir o hacer lo correcto y no tenemos emociones que lo apoyan. Tenemos que darnos cuenta de que no estamos obligados a nuestra naturaleza carnal—podemos hacer lo correcto, incluso si no nos desea hacerlo.
 
Esta es una lección de vida bastante importante, si me escuchas hoy. Me gusta porque ahorra todo el desgaste emocional que experimentamos cuando nos frustramos por algo que no queremos hacer. Simplemente, no tenemos que tener una reacción emocional si suceden cosas malas o si surge algo que realmente no queremos hacer. Como acto de la voluntad humana, puedes decidir hacer lo que debes hacer, incluso si no existen las emociones para apoyarlo.
 
Supongo que así es como lo logran esos maravillosos cristianos: han descubierto la clave. Está bien si no tienes ganas de hacer lo correcto. Puedes todavía seguir adelante, haciendo lo bien!