Money, Money, Money! / Dinero, dinero, dinero!

I can almost hear the song playing right now…can you?

I’ve asked myself over and over again…if money is so important in daily life, and everyone needs it to survive, then why don’t people who follow God talk about it more? Like, why is it almost a “taboo” subject in church circles? 

Over the years, I’ve heard different pastors apologize from behind the pulpit if they even have to mention the word! It’s as if they feel incredibly bad for even bringing it up. However, if you’re a member of the human race (and you are), then you undoubtedly have to have it to survive! So what’s the big deal anyway?

We all have bills to pay, groceries to buy, and mouths to feed…so, shouldn’t this be a regular topic of conversation? Especially in the house of God? After all, the Bible has quite a bit to say about money. Jesus talked about it, and His followers did too. If we need it so badly and it’s entrenched in our daily lives and way of living, it makes sense that we should understand what God has to say about it, and try to learn as much as we can.

Since my family and I moved to Costa Rica, my husband and I have done this very thing. You see, we didn’t have much money when we showed up in Central America…so we decided that if we were going to be able to do all the things God was asking us to do overseas, we would have to understand His philosophy where money is concerned. We were shocked and surprised about what we uncovered.

We shouldn’t be afraid to know what the Bible says about this - nor should there be any confusion. Yet, people who follow God can get so offended when a leader even mentions tithes and offerings. This only happens because they fail to understand God’s purpose in asking us to give. And, by the way, GIVE is NOT a dirty word. It’s the very key to success and God arranged things that way.

I will do several blogs about this, so today is really just an introduction - there is SO MUCH to write! But let’s start with Luke 6:38 AMPC, where Jesus said:

Give, and [gifts] will be given to you; good measure, pressed down, shaken together, and running over, will they pour into [the pouch formed by] the bosom [of your robe and used as a bag]. For with the measure you deal out [with the measure you use when you confer benefits on others], it will be measured back to you.

There are a couple of truly exciting tidbits here…let me begin:

First, it’s obvious we’re supposed to be givers. These are red-letter words, by the way. That means Jesus actually said these things word for word from His own mouth. We are undoubtedly supposed to be givers…more about this to come. 

So what happens when we give? Easy. We begin to receive. God will see to it that just as we’ve given, gifts will come to us. 

An interesting part comes at the end of the verse…for with the measure you deal out or with the measure you use when giving gifts to others, it will be measured back to you.

Friends, in a nutshell, if I give sad, skimpy, boring gifts to other people, the same is going to come back to me! If I feel God encouraging me to give money to someone, and I look for the smallest bill in my wallet, that same kind of gift will come back to me. If God asks me to take a family to lunch one day after church, and I choose the cheapest restaurant in town, the same will come back to me.  Are you getting the picture now?

Okay…lesson one is finished. More to come!
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Me he preguntado una y otra vez ... si el dinero es tan importante en la vida diaria, y todos lo necesitan para sobrevivir, ¿por qué las personas que siguen a Dios no hablan más de ello? Como, ¿por qué es casi un tema "tabú" en los círculos de la iglesia?

A lo largo de los años, he escuchado a diferentes pastores disculparse desde detrás del púlpito si tienen que mencionar la palabra. Es como se sintieran increíblemente mal por mencionarlo. Sin embargo, si eres miembro de la raza humana (y lo eres), ¡sin duda debes tenerla para sobrevivir! Entonces, ¿cuál es el problema?

Todos tenemos facturas que debemos pagar, alimentos que debemos comprar y bocas que debemos alimentar ... entonces, ¿no debería ser este un tema de conversación habitual? ¿Especialmente en la casa de Dios? Después de todo, la Biblia tiene bastante para decir sobre el dinero. Jesús habló de ello y sus seguidores también. Si lo necesitamos con tanta urgencia y está arraigado en nuestra vida diaria y en nuestra forma de vida, tiene sentido que entendamos lo que Dios tiene que decir al respecto y tratemos de aprender tanto como podamos.
Desde que mi familia y yo nos mudamos a Costa Rica, mi esposo y yo hemos hecho esto mismo. Verá, no teníamos mucho dinero cuando llegamos a Centroamérica ... así que decidimos que si íbamos a poder hacer todas las cosas que Dios nos pedía que hiciéramos en el extranjero, tendríamos que entender Su filosofía donde se trata de dinero. Nos quedamos impactados y sorprendidos por lo que descubrimos.

No deberíamos tener miedo de saber lo que dice la Biblia sobre esto, ni debería haber ninguna confusión. Sin embargo, las personas que siguen a Dios pueden sentirse tan ofendidas cuando un líder menciona los diezmos y las ofrendas. Esto solo sucede porque no comprenden el propósito de Dios al pedirnos que demos. Y, por cierto, DAR no es una mala palabra. Es la clave del éxito y Dios arregló las cosas de esa manera.

Haré varios blogs sobre esto, así que hoy es solo una introducción, ¡hay MUCHO para escribir! Pero comencemos con Lucas 6:38 AMPC, donde Jesús dijo:

Dad, y [obsequios] se os darán; medida buena, apretada, batida y rebosante, se verterán en [la bolsa formada por] el seno [de tu manto y usada como bolsa]. Porque con la medida que trates [con la medida que usas cuando otorgas beneficios a otros], se te volverá a medir.

Aquí hay un par de curiosidades realmente emocionantes ... permítanme comenzar:

Primero, es obvio que debemos dar como creyentes. Estas son palabras de letras rojas, por cierto. Eso significa que Jesús realmente dijo estas cosas palabra por palabra de Su propia boca. Sin duda, se supone que debemos ser dadores ... más sobre esto por venir.

Entonces, ¿qué pasa cuando damos? Fácil. Empezamos a recibir. Dios se encargará de que, tal como hemos dado, recibamos regalos.

Una parte interesante se encuentra al final del versículo ... porque con la medida que usa al dar regalos a otros, se le medirá a usted.

Amigos, en pocas palabras, si doy regalos tristes, escasos y aburridos a otras personas, ¡lo mismo me volverá a ocurrir! Si siento que Dios me anima a darle dinero a alguien, y busco el billete más pequeño en mi billetera, ese mismo tipo de regalo volverá a mí. Si Dios me pide que lleve a una familia a almorzar un día después del culto y elijo el restaurante más barato de la ciudad, se me ocurrirá lo mismo. ¿Entiendes ahora?

De acuerdo ... la lección uno ha terminado. ¡Más por venir!